Mis queridos hijos, he venido a ustedes como Madre, para que escuchen, con el corazón, la invitación de Mi Hijo a la conversión, conversión sincera y radical. Pequeños, oren y abran sus corazones, para que de verdad Yo los pueda utilizar como Heraldos del Reino de Mi Hijo.
Yo deseo, como Madre, que sean todos Mis instrumentos, por eso necesito que sus corazones sean de verdad dóciles y se dejen utilizar por vuestra Madre. Todos tienen un designio de Mi Hijo para ayudarme a que se cumplan Mis Promesas, pero deben ser dóciles y humildes y alejar de sus corazones la dureza y la humanidad, que se antepone, y por eso muchas veces Mi Palabra no llega pura a sus corazones, porque siempre, queridos hijos, ven primero por ustedes y dejan a Mi Hijo de último.
Queridos hijos, escúchenme, he venido para la conversión del mundo y para prepararlo para la Venida del Señor; Mi Corazón Inmaculado es vuestro guía y Mis Palabras su antorcha en esta oscuridad; solamente confíen y déjense conducir por Mí; no hagan nada, porque Mi Hijo Jesús y Yo, en el Espíritu Santo, lo haremos todo; les invito a abrir el corazón
¡Oren por Mis Intenciones! Les doy Mi Bendición Materna Especial: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.