Querido hijo:
A ti te hemos llamado profeta de nuestros Sagrados Corazones para que le digas a la humanidad lo que escuchas de parte de nuestros Corazones Unidos. Ya que no solo por medio de las apariciones nos escuchas, sino que también, como nuestros Sagrados Corazones están de una forma misteriosa, encarnados en tu corazón, también escuchas las confidencias entre mi Santa Mamá y Yo: nuestros deseos, nuestros anhelos, nuestras plegarias y nuestros quereres de amor.
Y por esa gracia, de nuestros Corazones Encarnados místicamente en ti, es que hemos permitido que, ahora, de tus manos brote sudoración de nuestras Lagrimas, es decir: las Lagrimas que mi Santa Mamá y yo derramamos por la humanidad brotarán en forma de exudación de tus manos. Y esta exudación, acompañada de escarches que representan las gracias que, por medio de esta Lagrimas que hacemos sudar de tus manos, son concedidas a mis hijos.
Por eso, Manuel de nuestros Sagrados Corazones Unidos, nuestro pequeño Elías, cuando estés exudando de tus manos, nuestras Lagrimas con escarches:
Haz la Señal de la Cruz sobre mis hijos, pasa pañuelos sobre las palmas de tus manos y objetos benditos, para que mis hijos y los objetos piadosos reciban la bendición y las gracias de nuestras Lagrimas de Amor que hacemos brotar de tus manos.
Yo te bendigo. Y por medio de nuestras Lagrimas Escarchadas que hacemos exudar de tus manos, bendecimos a todo nuestro Ejército de Apóstoles de (los) Últimos Tiempos.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.