Pequeña nada de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, la obra del Espíritu Santo en la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora es la realización plena del plan de Dios Padre Tierno y Misericordioso, la Mujer que aplastará la cabeza de la serpiente: María. Con el poder del Espíritu Santo aplasta a Satanás, porque solo con María el Espíritu Santo puede realizar grandes prodigios. Por eso, es con María que el Espíritu Santo realizó la Obra Magna del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús: el Apostolado.
Esta Obra es una obra de María Inmaculada y del Espíritu de Dios.
Ser apóstol de los Dos Corazones en este fin de los tiempos es ser apóstol de María Inmaculada y del Espíritu Santo.
Yo, el Arcángel San Miguel, los exhorto a leer el Capitulo 18 del Libro del Génesis.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.