7 de julio del 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

7 de julio del 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

La oración que da vida y fuerza.

Mis queridos hijos, les invito a la oración. La oración que sana y libera, la oración que restaura y purifica, la oración que da vida y fuerza.

Queridos hijos, no se cansen de orar. Cuando no tengan la voluntad de orar, es cuando más deben orar, porque renunciando a su voluntad, ganan muchas gracias.

Queridos hijos, deben orar, porque la oración destierra a Satanás, y a todos sus agentes que andan perturbando al mundo entero.

Queridos hijitos, yo les estoy formando como apóstoles, mis apóstoles, que mantendrán viva la fe en los días venideros, en que la fe se perderá en muchas almas. Por eso ustedes, queridos hijos, oren y escúchenme, para que se guíen de los consejos maternos que les entrego diariamente para poder convertirse y seguir a Jesús. Oren por sus familias, oren por sus hogares, oren por sus hijos y esposos, para que Satanás y sus secuaces sean expulsados del seno familiar.

Oren, queridos hijos, porque la oración libera, la oración santifica, la oración puede cambiar los rumbos del mundo, pero tienen que orar, tienen que redoblar sus oraciones y sacrificios. Queridos hijitos, no se preocupen por nada más, preocúpense por su conversión. Muchos acuden al Señor en sus problemas y sufrimientos, pero el Señor no desea que los busquen solo cuando tengan tribulaciones, sino que lo amen, que le obedezcan, que sean uno con él. Oren, queridos hijos, cada día, para que cada día se consagren más a nuestros dos corazones unidos que tanto les aman.

Oren, queridos hijos, por Rusia, que despertará como león rugiente.  Oren, queridos hijos, por Indonesia, muchos sufrimientos causarán los desastres naturales. Oren, por China y Japón, que serán purificados. Oren, queridos hijos, estos tiempos son para conversión, para la conversión. Yo les bendigo.

Las rosas tienen la gracia de la liberación y de la sanación, porque mi pie inmaculado, que miras aplastando la cabeza de la serpiente, bendice las rosas que me son ofrecidas.

Yo, María, la Rosa Mística de la oración les amo y les bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Ave María Purísima, sin pecado original concebida. 

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