Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo.
Amados hijos de Dios:
En mi vida se cumplió el espíritu de la alianza pascual del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús y el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, ya que mi ideal en la tierra era mi propia declaración de fe: todo por mi Rey, todo por mi Reina.
Apóstoles de los Corazones de Jesús y de María, ustedes deben vivir la Alianza de los Dos Corazones en su vocación, realizando cada día, con amor, sus deberes en el estado de sus vidas. Los sacerdotes, religiosos, religiosas y los consagrados deben vivir su vocación por Jesús y por María. Los esposos, los hijos, las familias deben vivir por Jesús y por María. Los profesionales y los obreros y trabajadores, los hombres y mujeres del mundo deben vivir por Jesús y por María. Este es el Reinado del Amor Divino, que todo ser humano viva su vocación, cual sea, para glorificar a Jesús y a María.
Y el Apostolado es el primer llamado a vivir extraordinariamente lo ordinario. ¡Apostolado del Corazón Doloroso e Inmaculado del Auxilio de los cristianos, construye, día a día, con tu entrega, amor y servicio la Civilización de los Dos Corazones, iniciando en tu corazón, en tu comunidad y así, sucesivamente, en el mundo!
Yo, Beata Sor María Romero, oro para que esta Obra todos los días construya, en lo ordinario, la Civilización del Amor. ¡Viva mi rey! ¡Viva mi reina!
Los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.