Mi Casto y Amante Corazón es la devoción a San José que más consuela al Padre Eterno, porque habla de dos virtudes que santifican a los hombres, virtudes que fueron vividas por Adán y Eva antes del pecado:
• La castidad en el estado de vida, es decir, la pureza: la pureza de intención, la pureza de obrar, la pureza del corazón.
• Y del amor: el amor a Dios, el amor a la creación, el amor santo a nuestro propio ser, como hijos de Dios, amor que está libre de egoísmo.
Queridos hijos:
Para estos Últimos Tiempos, Jesús envía a su padre legal como el Casto y Amante Corazón de San José, para hablar a los hombres y llamarlos de nuevo a la Casa del Padre, a la Iglesia; donde, alimentados por el Pan de la Vida, revestidos por los Sacramentos, serán sostenidos por su Gracia.
Jesús desea que la devoción del Casto y Amante Corazón de San José sea extendida a todas las familias, para que todas las familias se conviertan en iglesias domésticas, es decir, en Cenáculo de Oración de nuestros Sagrados Corazones.
Vengo a anunciar la Era de los Tres Sagrados Corazones, y el Apostolado es el instrumento por el cual Dios ha querido valerse para anunciar esta Era Gloriosa: el Reinado de los Sagrados Corazones de la Familia de Nazaret.
Queridos hijos:
Todos los hombres al consagrarse a nuestros Sagrados Corazones, por medio del Apostolado, son hijos de la Sagrada Familia y Apóstoles de los Últimos Tiempos.
Como San José, el protector de las familias, bendigo al mundo entero desde este Refugio de los Tres Corazones.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.