Comentario del instrumento:
Dios, Padre Tierno y Misericordioso está con nosotros. A la altura de su pecho, debajo del Espíritu Santo, sostiene a los tres corazones de Jesús, de Nuestra Señora y de Nuestro Padre San José, coronados por el Espíritu.
Hijos muy amados, a este pueblo que camina en el desierto se le ha dado una luz. Se ha allanado un camino para que todos mis hijos peregrinen, por él, hacia la santidad divina.
Este camino es el Apostolado y en este camino, tres tiendas de salvación: El Tabernáculo del Corazón de San José los guía al Corazón Doloroso e Inmaculado de María. El Tabernáculo de la Inmaculada los guía al Corazón del Verbo. El Tabernáculo del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús es la puerta para encontrarse conmigo, su Padre misericordioso.
La luz que ilumina esta peregrinación de santidad es el Espíritu Santo.
La Obra del Apostolado, amados hijos, es en sí misma un don. El don que se entrega al alma que da su FIAT a los Corazones Unidos, es el amor a la Iglesia, la santificación con los sacramentos, y el encuentro vivo con el kerigma. El don que Yo doy a quienes aceptan la Obra Magna, es un amor ardiente y encendido a la Iglesia, porque la Iglesia debe peregrinar por las tres moradas, por las tres tiendas, por los tres tabernáculos.
Y de forma prefigurada lo he ido revelando a través del tiempo, pero de manera plena, más, en este tiempo revelo que, el camino de la santidad que siempre ha existido para la Iglesia y la humanidad, pero que de modo renovado, eficaz, urgente y apremiante lo revelo ahora, es la peregrinación de santidad a través de los Tres Sagrados Corazones.
Desde mis Tres Tabernáculos de Amor: Jesús, María y José, los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María purísima, sin pecado original concebida