Querido hijito:
En tu corazón deposito mis Palabra(s) de Cielo. A través tuyo la Mujer Vestida del Sol, la Gran Señal Mariana, que es mi Doloroso e Inmaculado Corazón, está llamando a sus hijos a la conversión del corazón y a la apertura al Amor de Dios.
Querido hijo, mi heraldo:
Solo a través del Espíritu Santo mis hijos podrán comprender lo que es mi Apostolado y lo urgente que es el SÍ de cada uno a mi Obra del Fin de los Tiempos.
Mi Apostolado es la realización de la promesa del Padre Tierno y Misericordioso: la descendencia de la Mujer que, teniendo al Hijo, el Mesías, a Jesucristo, como cabeza, aplastará a la serpiente antigua.
Mis hijos deben decidirse por mi Apostolado y vivir estos Últimos Llamados de Amor para la conversión de la humanidad.
Nuevamente les digo, a mis hijos, que si ponen en práctica mis Llamados de Amor no serán confundidos. Pero deben escuchar, al escuchar mis Llamados, orar, y, cuando oren con el corazón, comprenderán el tesoro escondido, que está viviente, en mi Apostolado.
Con mi Doloroso, Inmaculado y Clemente Corazón los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.