Hijo, pequeña nada de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. El Espíritu Santo y el Corazón Doloroso e Inmaculado han hecho de ti una ofrenda de oblación[1] para el Reinado Eucarístico del Corazón de mi Hijo Jesús.
Nosotros, la Trinidad solo esperamos el sí libre de la criatura. Y cuándo la criatura abre su corazón con su pequeño fiat, entonces hacemos prodigios en el alma. Como los prodigios que, en ti, en silencio y en lo oculto, realizamos.
Eres, por eso también, el pequeño esposo de la Cruz clavado, desposándote con la Cruz. En el silencio de la Cruz vives los prodigios de la Santísima Trinidad. Solo la Trinidad y tú en el altar de la Cruz, en el más eucarístico de los silencios y por tus ofrecimientos, según mi Divina Providencia, he deseado revelarme como Dios Padre Tierno y Misericordioso. He venido a revelar el Nombre de Yahvé para que todo hombre pueda acercarse a su Dios[2]. Sabiendo que su Dios tiene nombre con el que pueden dirigirse a Él, y clamarlo en todo momento presente: Dios Padre Tierno y Misericordioso.
Y además de revelarme como un Padre que ama y que está enamorado de sus hijos, no solo dejo a mis hijos mi Nombre, sino que entrego un camino[3], entrego un medio, revelo un modo en el que mis hijos pueden vivir en comunión conmigo, su Padre.
Ese hogar, que entrego al mundo para que vengan nuevamente a la Casa del Padre, es el Apostolado, la Obra Magna de los Corazones de Jesús María y José.
Vengo a levantar un Ejército, almas enamoradas, armadas del amor, un Ejército de apóstoles de Dios Padre que, usando el instrumento del Apostolado, extiendan esta Devoción a la humanidad.
Dios Padre Tierno y Misericordioso ha venido a consagrar a la humanidad, su pueblo, porque Yo quiero ser su Dios.
Los amo y los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Deuteronomio 16,7 sino que cada cual ofrecerá el don de su mano, según la bendición que Yahveh tu
Dios te haya otorgado.
[2] Éxodo 3,15 Y también les dirás: YAVE, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el
Dios de Jacob, me ha enviado. Este será mi nombre para siempre, y con este nombre me invocarán de
generación en generación.»Moisés es enviado como liberador.
[3] Salmo 25, 8-11
8. El Señor es bueno y recto; por eso muestra el camino a los que han pecado.
9. Dirige los pasos de los humildes, y muestra a los sencillos el camino.
10. Amor y lealtad son todos sus caminos, para el que guarda su alianza y sus mandatos.
11. ¡Rinde honor a tu nombre, Señor, y perdona mi deuda, que es muy grande!