Rebaño pequeñito, los abrazo y los estrecho en mi Corazón de Padre[1].
Nuevamente los exhorto a comprender esta Obra de Salvación a través de la Alianza de los Sagrados Corazones de Jesús y de María[2].
Los invito a contemplarme, a creer que soy un Padre tiernísimo y que los espero con misericordia[3].
Los bendigo con el amor divino.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
Lamentaciones 3; 22-23
22. El amor de Yavé no se ha acabado, ni se han agotado sus misericordias;
23. se renuevan cada mañana. Sí, tu fidelidad es grande.
Job 38, 4-7
4.¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Habla, si es que sabes tanto!
5.¿Sabes tú quién fijó sus dimensiones, o quién la midió con una cuerda?
6.¿Sobre qué están puestas sus bases o quién puso su piedra angular,
7.mientras cantaban a coro las estrellas del alba y aclamaban todos los hijos de Dios?
Juan 3, 16
16.¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Unico, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Salmo 8
2.¡Oh Señor, nuestro Dios, qué grande es tu nombre en toda la tierra! Y tu gloria por encima de los cielos.
3.Hasta bocas de niños y lactantes recuerdan tu poder a tus contrarios y confunden a enemigos y rebeldes.
4.Al ver tu cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado,
5.¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él? ¿qué es el hijo de Adán para que cuides de él?
6.Un poco inferior a un dios lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor.
7.Le has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies:
8.ovejas y bueyes por doquier, y también los animales silvestres,
9.aves del cielo y peces del mar, y cuantos surcan las sendas del océano.
10.¡Oh Señor, Dios nuestro, qué grande es tu Nombre en toda la tierra!