Almas:
Ustedes deben comprender la obra que mi Corazón Eucarístico está realizando en estos tiempos.
Les ha sido entregado, no solo un nombre, sino que se les ha llamado a unirse a la Eterna Alianza de mi Sagrado Corazón Eucarístico con el Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial.
Su nombre es ser apóstoles. Su camino es el Apostolado.
Comprendan, queridos hijos:
Que en la espiritualidad de los Dos Corazones se encuentra la renovación de TODO. No ignoren más nuestras últimas advertencias de Amor que nuestros Dos Corazones dirigen a la humanidad.
Profundicen, queridos hijos, en la grandeza de nuestro Apostolado. Lean y mediten el Capítulo 2 del Libro del Génesis.
Con mi Sagrado Corazón Eucarístico, el último título de su Redentor en la historia de la Iglesia y la salvación, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.