Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de mi amado Hijo Jesucristo.
Queridos hijos, mi amado hijo Jesús desde la Cruz dejó un mandamiento mariano. Y este mandamiento también fue un mandamiento corredentor.
El mandamiento mariano fue para ustedes, cuando dijo a todos sus discípulos amados: ahí tienen a su Madre.
Y, el mandamiento corredentor fue cuando me dijo a Mí: ahí tienes a tus hijos.
Porque con la Sangre Preciosa de mi amado Hijo, Jesucristo, además de que fueron redimidos del pecado. con su misma sangre derramada en la Cruz, fueron consagrados a mi Doloroso e Inmaculado Corazón. Por eso, en la Cruz se recibió un doble mandamiento, uno para mis hijos y otro para Mí.
Mi amado Hijo y Yo nos aparecimos en Pontevedra y pedimos la reparación de los Primeros Cinco Sábados a mi Corazón. Cinco sábados, uno por cada ofensa contra mi Corazón Doloroso e Inmaculado.
Pero con mi Obra Magna y mis Llamados, vengo a completar este mensaje y en el Apostolado he pedido la renovación de la Devoción de los Primeros Sábados, no solo durante cinco meses, sino de manera perpetua todos los primeros sábados de cada mes.
Por eso, hijitos, tengan compasión de mi Corazón rodeado con espinas de las ingratitudes de mis hijos:
Conságrense a nuestros Sagrados Corazones Unidos como el mejor acto de reparación. Consuélenme siendo apóstoles de mis Llamados de Amor y de Conversión.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón, como Nuestra Señora de Pontevedra, los bendigo. Y lo que en Pontevedra revelé, en el Apostolado lo llevaré a plenitud con ustedes, mis apóstoles del amor.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
