14 de enero del 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS.

14 de enero del 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS.

La Voluntad Divina, Ley de vida para los consagrados a nuestros Dos Corazones. 

El instrumento:

Meditaba en la Divina Voluntad de Dios y cómo los apóstoles de los Últimos Tiempos –que son la gran obra de salvación para la humanidad de parte de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús, José y María– debemos vivir esta espiritualidad. Cómo acción, vida y apostolado debe regirse bajo esta Luz y Gracia de Misericordia.

La Divina Voluntad, es decir, la vida del Sagrado Corazón de Jesús es la misma Voluntad del Padre.

Se me presentó Jesús con sus manos tendidas hacia mí, exponiendo su Sagrado Corazón, y dijo: 

Jesús:

Querido hijo de mi Sagrado Corazón, la espiritualidad de la Voluntad Sagrada, que es el Divino Querer de mi Abba Padre, debe ser parte integral, esencial, única en vuestras pequeñas voluntades, donde el alma renuncie a su pequeña voluntad para que la Divina Voluntad sea vida en cada alma.

Ustedes, queridas almas, son los hijos de Nuestros Sagrados Corazones Unidos, –que suscitamos la gran obra de evangelización de este mundo, junto a ustedes que son mi creación–, son los apóstoles de los Últimos Tiempos, deben vivir en mi Voluntad. 

Vivir en mi Divina Voluntad es vivir presente en mi Amor Santo, es vivir anhelando y deseando lo que mi Sagrado Corazón anhela y desea: amor, amor, amor. Amando la salvación de cada alma, amando la redención de este mundo, amando la unidad.

Hoy más que nunca mi Sagrado Corazón clama unidad dentro de un rebaño, con un solo Pastor al que le he confiado la unidad y la promulgación del Quinto Dogma Mariano: María Corredentora de las almas y Medianera de todas las Gracias. 

Querido hijo, cuando un alma se une a mi Divina Voluntad renuncia a su propia voluntad y permite que mi Sagrado Corazón haga vida en su corazón. Cada movimiento, cada obra, cada voluntad, cada mirada, cada palpitar actúa en mi Sagrada Voluntad.

Vivir la Divina Espiritualidad de mi Voluntad consiste en que sus almas den permiso a mi Sagrado Corazón a ser vida y vivir en el mundo a través de las capacidades y potencias, afectos, y ser entero   –humano y espiritual– de esta creatura. Vivir mi Divina Voluntad es dar un paso, en mi Nombre, en los caminos de este mundo. 

Mi Sagrada Voluntad es vivir la Ley de la Divina Voluntad, amar a Dios sobre todas las cosas[1] y dejar a Dios a los demás, pero a través de ti. Mirar a las creaturas, pero con los ojos de Dios. Sentir a las almas con los sentimientos de Dios.

Vivir mi Divina Voluntad es volver a darme vida, dar vida a mi Sagrada Voluntad en la tierra.

Apóstoles de los Últimos Tiempos vivan en el camino de mi Divina Voluntad. 

Ora, hijo, por Brasil, Colombia, Argentina, las Antillas y los Andes. Ora mucho por la Iglesia.

Mi Sagrado Corazón les ama.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado original concebida


[1] Mt 22, 36-40

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