Hijito:
Nuestros Sagrados Corazones, el Corazón de mi Hijo Jesús y mi Corazón Maternal, se encarnaron místicamente en ti; y esta gracia de la Encarnación Mística es para que nuestros Sagrados Corazones Unidos prediquen como los Dos Testigos al mundo entero. Es decir, que por medio de ti, nuestros Dos Corazones transmiten a la humanidad Llamados de Amor y de Conversión que pregonan el Santo Evangelio.
Como fruto de la Encarnación Mística, las Lagrimas de nuestros Dos Sagrados Corazones brotan de las palmas de tus manos junto con escarches, como manifestación de Dios en este anuncio del kerigma que nuestros Dos Sagrados Corazones están realizando a través de los Llamados de Amor y de Conversión.
Estas exudaciones, de nuestras Lagrimas Escarchadas, de las palmas de tus manos pásalas sobre paños, objetos, sobre mis propios hijos, para que reciban una caricia, un consuelo, una gracia y sobre todo un signo que nuestros Dos Sagrados Corazones no los dejan solos.
Este carisma que te hemos concedido: de exudar por intervención nuestra, nuestras Lagrimas escarchadas, también es para servir a mis hijos, a mis apóstoles, y con estos signos reconfortar y animar su fe en nuestra Obra.
Así, querido hijo, sabiendo que esta gracia no la mereces, agradécela al Señor y ponla al servicio de todos.
Que nuestras Lagrimas Escarchadas lleguen a todos mis hijos, porque el Señor realizará prodigios sobre todos los que las reciban.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.