Corona por el Reinado del Espíritu Santo
Pequeña nada y víctima de mi amor misericordioso:
En la solemnidad de Pentecostés, cuando la primera comunidad, los Apóstoles y María Inmaculada estaban reunidos en el Cenáculo de Jerusalén, recibieron la gran promesa del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús: al Espíritu Santo Paráclito.
Mis hijos apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos deben conmemorar, en esta Solemnidad, una gracia sin precedente y revelada a ti para todo el Apostolado, la Iglesia y el mundo:
El Día Solemne de Pentecostés, el Día del Gran Reinado de mi Espíritu.
Solo Él, gobernando con amor misericordioso, iluminará las almas para que reciban el amor del Padre Tierno y Misericordioso y el amor del Sagrado Corazón Eucarístico de mi Hijo Jesucristo.
Hijos míos, apóstoles míos, yo necesito de ustedes para que el Divino Espíritu Reine.
Reciban con decisión nuestros Últimos Llamados, nuevamente les exhorto decídanse por el Apostolado, para que los planes de amor y misericordia de mi Divina Voluntad se cumplan
Hijito, hoy en este día del Gran Reinado del Espíritu Santo te revelo una plegaria pidiendo este Reinado en el mundo y en la Iglesia: