Hijitos amados de mi Corazón Inmaculado mi Presencia Maternal está entre ustedes para enseñarles el verdadero camino de mi Hijo: Un camino de amor y de cruz, un camino de salvación eterna.
Camino que deben recorrer, iluminados por la luz de la Palabra de Dios, con la Gracia de los Sacramentos de la Iglesia, y con el Santo Rosario. Éste camino es vuestro peregrinar terrenal, camino de silencio, que necesita paciencia y amor santo para llegar hasta el final, y cuando lleguen a las puertas de la Casa de mi Hijo, vuestras manos estén llenas de santas obras, por Dios y por los hombres, y vuestros pies estén marcados con las huellas que mi Hijo les dejó en esta tierra; es decir, pequeños, el camino del amor, del perdón, de la paz, que sólo provienen de escuchar y vivir el Evangelio de Jesús.
Hijos míos, caminen junto a vuestra Madre para que perseveren y lleguen al final. Hijitos, caminen en santidad. Vuestra Madre les ama y quiere enseñarles a que amen, perdonen, y vivan en paz. Porque si no viven en paz, en el amor, y en el perdón, el hombre es capaz de destruir al hombre.
Hijos, oren y pidan el don de la paz, del amor, y del perdón.
Vuestra Madre que peregrina junto a ustedes les bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.