Como padre nutricio de Jesús, vengo a mostrarles el camino para llevarlos a su Corazón Eucarístico.
Mis pequeños hijos:
Llegar al Sagrado Corazón de Jesús es ir guiados por mi protección paternal, y pasar por el Aposento Santo del Corazón Inmaculado de la Reina del Cielo.
Queridos hijos:
Y en este caminar espiritual el Espíritu Santo estará con ustedes, para revelarles su interior a través de la oración.
El Espíritu Santo dará luz y sabiduría a las pequeñas almas que se entregan totalmente al Corazón de la Madre y al Corazón del Hijo, como lo hizo conmigo en Nazaret.
Pequeños:
Y con la luz del Espíritu Santo sabrán qué agrada a Dios, y qué ofende su Amor.
Pero como muchos corazones no están dispuestos a este cambio, y a crecer en santidad, el Padre Eterno, por un acto de misericordia, enviará un gran Aviso a toda la humanidad, para que los hombres malvados dejen sus malas vidas y se arrepientan y vuelvan a Yahvé.
Y aquellos hombres que no se arrepientan, serán echados fuera, y el fuego los consumirá.
Pero si en cambio, las almas sencillas y pequeñas, perseveran en la oración, el sacrificio, en la consagración a los Dos Sagrados Corazones encontraran misericordia, amor, perdón.
¡Queridos hijos! vuelvan a Dios.
No sigan ofendiendo más al Eterno Padre. Porque Él ama a todos los hombres, y quiere la salvación de todos.
Yo, José de Nazaret, intercedo por todo el remanente fiel de Jesús y de María.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.