9 de febrero del 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

9 de febrero del 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

El mundo endurece su corazón por el pecado.

Abran sus corazones a mi presencia porque el corazón del mundo está endurecido por el pecado y por la vanidad. 

Yo quiero desterrar de ustedes todo lo que no es agradable a mi Hijo Jesús, porque mi Hijo Jesús sufre por vuestros pecados y su Madre derrama lágrimas, y lágrimas de sangre, al ver como mis hijos se van condenando. 

Oren, hijos, oren mucho, y sean valientes y decididos a cargar la Cruz de mi Hijo Jesús.

En esta, mi pequeña casa de oración, les entrego mis gracias maternales. Gracias que necesitan para ser fieles a mi Hijo en su vida cotidiana. 

Recen todos los días el Santo Rosario y podrán vencer las pruebas y tentaciones, y el pecado de vuestros corazones. Se irán purificando porque Yo vengo a buscarles, almas que le pertenecen al Señor.

Queridos hijos, Yo siempre les espero en mi Corazón Doloroso e Inmaculado de María, pero se entristece mi Corazón de Madre cuando no cumplen este pedido, porque Yo deseo derramar gracias sobre ustedes y no puedo actuar sin su consentimiento, porque mi Padre les ha dado la libertad y la voluntad. Por eso, hijos, oren, oren hasta que se enamoren de mi Hijo Jesús. 

Oren para que sean fuertes en esta misión. Este pequeño Cenáculo de Oración son escogidos de mi Corazón y no quiero que desfallezcan, sino que sigan siempre perseverando. Oren mucho. 

Oren por Colombia que sufrirá. 

Oren por la Iglesia que está pasando grandes batallas. 

Oren por México y Ecuador que serán sacudidas. 

Oren por Europa y toda América Central porque el brazo de la Justicia de mi Padre ya es muy pesado por sus muchos pecados. 

Queridos hijos, conviértanse verdaderamente y busquen con sinceridad a mi Hijo Jesucristo. Y espero el “sí” de cada uno de ustedes porque es un tiempo de decisiones valientes, si se comprometen con mi causa saldremos valientes.

Gracias por haber respondido a mi Llamado.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Ave María Purísima, sin pecado original concebida. 

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