Hijo:
Mi Sagrado Corazón derrama sobre ti los Rayos de mi Misericordia Divina, y de este modo aliviar tu corazón, sabiendo que las pequeñas crucifixiones ofrecidas con amor salvan almas y este pequeño calvario que mi Corazón te comparte, está salvando muchas almas, sobre todo consagradas.
No temas, porque Yo estoy contigo. Si miles se levantan en tu contra, mi Espíritu será tu defensa y mi Mamá Santa tu bálsamo. Hijito, tu solo trasmite nuestros Últimos Llamados, que cada hombre que desea con toda el alma ser mi apóstol, viva mi Llamado a la Luz de mi Evangelio y como hijo de mi Iglesia.
Yo estoy contigo, en la herida del costado estás escondido, ¿qué puedes temer?
Nuestros Sagrados Corazones, los dos Testigos de Dios Padre, los exhortan a la consagración total a mi Sagrado Corazón a través del Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Mamá Celestial, y nunca olviden que, he sido Yo quien los ha amado y escogido primero.
Con Amor Misericordioso los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.