El espíritu del Carmelo es el espíritu de las profecías, porque en el Monte Carmelo se prefiguró a la Mujer Vestida del Sol en la nube que el profeta san Elías contempló. Ese mismo espíritu carmelita, profético, es el espíritu de todos los grandes profetas dentro de la revelación publica y en las verdaderas revelaciones privadas, por eso eres mi pequeño carmelita.
Jesús te ha concedido llevar las heridas que Él sufrió en su pasión redentora en tu cuerpo, de modo invisible, pero con los efectos reales de la ofrenda víctima.
Las tres espinas que coronan tu cabeza: en reparación al amor rechazado a conciencia, que sufre el Padre de parte de sus hijos.
Pero la mas grande gracia es la unión de nuestros Dos Sagrados Corazones encarnados con el tuyo, en tu pecho, para que seas vivo ejemplo de la Alianza de Corazones.
Hijito, por eso eres víctima en los dolores que compartes con Jesús y conmigo.
Y las intenciones de este ofrecimiento:
Es la santidad de todos los ministros de Jesús: el santo padre, obispos y sacerdotes.
Y para que toda la humanidad conozca el Amor de Dios.
Y por la venida del Reino de los Sagrados Corazones Unidos a las almas y a toda la creación.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón te bendigo. Y con mi bendición te envío para que transmitas a los hombres los últimos avisos a la conversión.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.