Apóstoles de mi Sagrado Corazón Eucarístico:
El adorar mi Corazón también es: adorar mi Persona humana y divina, adorar mi Nombre de Mesías Salvador, adorarme como la Palabra Eterna que estaba con el Padre y con el Padre es Dios. En mi Corazón está toda mi Persona, mi misión, mi amor.
Y a través del tiempo, y con muchos mensajeros de mi Corazón, por medio del Espíritu Santo he venido revelando la Devoción a mi Sagrado Corazón.
Todo lo que dice el Santo Evangelio sobre mi Persona. Todo lo que he revelado a mis siervos durante el tiempo lo reúno en esta Magna Obra, porque, también, a través de mi pequeña nada he revelado el gran título y la gran devoción cristocéntrica de todos los tiempos, y de manera especial en este tiempo:
El Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús
Pero esta revelación no es más que la manifestación del Cordero de Dios de Apocalipsis: el Divino Cordero de Apocalipsis es el Sagrado Corazón Eucarístico y mi Sagrado Corazón Eucarístico es el Cordero que se manifiesta junto al Padre. Por eso, es el Título de títulos.
El esposo de la Iglesia, el Cordero degollado, es el Sagrado Corazón Eucarístico unido a la Señora Vestida del Sol: la Madre Inmaculada.
La Solemnidad de nuestros Sagrados Corazones tienen su culmen en el Domingo de los Aposentos de la Santidad. Esta Solemnidad es un Triduo de Amor. Tres días para contemplar el amor de la Santísima Trinidad manifestado en la Alianza de los Sagrados Corazones.
Les pido, ¡Escuchen! nuestros últimos Llamados de Amor, y ¡den a conocer nuestros Llamados de Amor! Que todas las almas, también, vivan esta Alianza de Amor.
Yo, el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, que soy el Cordero de Dios que junto al Padre reina, los amo y los bendigo. En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.