Mi pequeña alma, crucificada y desposada con el Amor Trinitario:
El Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Mamá Santa se encuentra muy triste, porque la humanidad no está tomando con seriedad estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión.
La humanidad no quiere comprender la urgencia de estos Llamados. Son los últimos llamamientos del Cielo a la tierra para la conversión de los corazones. Es la última predica de los Dos Testigos y la humanidad corresponde con la indiferencia.
Mi pequeña nada las Devociones del Apostolado son las oraciones de los Últimos Tiempos, pero, todavía, mis hijos no lo quieren aceptar.
Cuántas promesas he dado a las Devociones del Apostolado. He prometido que, a través de las Devociones del Apostolado, las almas experimentarán el Amor de Dios Padre, vivirán un nuevo Pentecostés en sus vidas.
Pero, Yo, pequeña alma víctima, hoy, solemnemente prometo a las almas que oren y amen las Devociones del Apostolado, imprimir mi Divino Rostro en sus almas y transformarlas en pequeñas Jesús-María. Es decir, que serán copias vivas de nuestros Dos Corazones en la tierra.
Manuel de mi corazón, dichosos serán los que obedezcan mis Últimos Llamados.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.