19 de abril de 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

19 de abril de 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Mi Corazón traspasado de dolor. 

Mira, mi pequeño siervo, mi Corazón traspasado de dolor por todas las ofensas que recibe el Señor de parte esta humanidad ingrata con su Amor. 

Mi querido hijo, te invito a entregarte en oblación, así como lo hizo mi Señor Jesucristo. Mi pequeño consolida esto en tu pequeño corazón, las gracias del Cielo se derraman en tu espíritu. Nace del Espíritu en la fe, verás realmente mi Corazón. 

Mi querido hijo, estás escondido y vives en Mí. No es necesario, pequeño, venir a un lugar cuando puedo llegar a tu alma y hablar desde tu pequeño corazón a mis hijos. Te visto de Sol poco a poco. Te voy convirtiendo y consagrando como el hijo especial de Fátima. 

He aquí, mi querido niño, la Obra, este Apostolado que Jesús y Yo te hemos confiado es la culminación de toda Obra, pues con este Apostolado deseo reunir a mi Iglesia y a mi Ejército como un solo Pueblo, unidos en sola causa: extender el Reino de Dios y de María. Este Reino, querido hijo, debe ser propagado primeramente en las almas de mis hijos. El Reino de Dios, es decir, su presencia, está entre vosotros, por eso les pido perseverancia en la oración, porque la oración hace germinar ese Reino en sus pequeños corazones. 

Querido hijo, la Iglesia nació de Nuestros Sagrados Corazones Unidos, Dolorosos y Victoriosos, y ahora es momento que regrese a Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Mi Hijo les presentó la última Tabla de Salvación en su Divina Misericordia. Yo les revelo ahora el Arca de la Salvación de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, sólo los que suban a esta Arca serán refugiados, protegidos, preservados. Llevad esta gracia a vuestros hogares, al mundo. 

Orando, orando y ayunando en sacrificio, luchemos juntos para extender el Imperio del Sagrado Corazón de Jesús, Rey del Universo.

Por eso les pido que se reúnan en oración, porque es reunidos que estarán en mi Doloroso e Inmaculado Corazón. A través de ti, mi pequeño brote, Elías del Carmelo, última Lágrima por las almas que derramo en mi Amor Maternal, deseo encender nuevamente el celo, la caridad, el compromiso que tiene todo cristiano. Este es un llamado de alerta a las almas. Ya es hora, queridas almas, que despierten de su sueño.

Y ahora tú, mi pequeño, pregona, defiende, enseña y lucha por el Reino de Dios, Reino de María.

Gracias por entregarme todo tu ser, hasta sufrir junto a Mí, con mi Hijo Jesús. Grandes maravillas ha hecho el Señor contigo, mi pequeñísimo siervo profeta. Nada podrá apartarte de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. 

En mi Doloroso e Inmaculado Corazón, Arca de la Salvación, se bendito.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado original concebida. 

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