Oren para cambiar.
Queridos hijos, hoy, nuevamente, les suplico con ansia de Madre: Oren para cambiar.
La oración es cuando el alma se anonada y se abandona en Dios[1] dejando que el Padre les moldee, cambie, nutre, transforme.
Orar no es sólo pedir, repetir o leer. Orar es entrar en intimidad con Dios[2], amar a Dios y dejarse amar por Dios. Sólo cuando oren desde el corazón vuestra oración será eficaz.
Oren por las familias que viven en desunión, cada cual buscando sus comodidades y bienestar.
Oren porque todos deben reunirse en un solo Ejército[3], la lucha ha iniciado. No crean, queridos hijos, que hace poco…, la lucha espiritual empezó desde que vino Jesús al mundo y durará hasta que los hombres aprendan a rechazar completamente al padre de la mentira y al pecado.
Oren para que las gracias de la oración se depositen en cada corazón.
Oren para que sus almas sean tierras fértiles y provechosas, tierras donde la semilla, que es la Palabra de mi Hijo Jesús, dé buen y abundante fruto.
Oren para dar fortaleza al Santo Padre en esta batalla espiritual.
Oren por Indonesia, Chile, Japón, Suecia. Oren por esta tierra de Nicaragua.
Les ama y bendice, vuestra Madre y Reina Victoriosa.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Mateo 6, 8
[2] Mateo 6, 6
[3] Mateo 18, 19