Mi pequeña nada, el Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Madre es quien ha conseguido del Padre Misericordioso estas gracias para ti, pero a través de ti, para la Iglesia, para los hombres. La gracia de la Alianza de Nuestros Dos Corazones, unidos por el Espíritu Santo, que viene al encuentro de toda la humanidad.
A través del Apostolado el hombre puede vivir concretamente la Alianza de nuestros Dos Corazones, esta Alianza es: ser verdaderos y auténticos hijos de mi santa Mamá para ser verdaderos y auténticos apóstoles de mi Corazón Eucarístico.
Mi pequeña nada, la petición hecha a santa Margarita, la Devoción de los Nueve Primeros Viernes de cada mes, la renuevo ahora contigo, pero le doy su pleno cumplimiento y sentido:
La Devoción Perpetua de cada Primer Viernes en honor a mi Sagrado Corazón Eucarístico, ya no solo nueve viernes sino perpetuamente, así todos conmigo nos ofrecemos al tiernísimo Padre. Pongan en práctica, atentamente, este deseo de mi Sagrado Corazón Eucarístico.
En mi Jardín-Santuario de Nuestros Sagrados Corazones Unidos, he dicho a mi pequeña nada, que practiquen con fervor, ahora, la Devoción Perpetua del Primer Viernes de cada mes.
Lean junto a mi Llamado, en oración, el capítulo 8 del Libro del Génesis.
Con mi Sagrado Corazón Eucarístico los bendigo
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.