Estas manifestaciones de nuestros Sagrados Corazones Unidos son urgentes para la conversión de la humanidad. Estas apariciones de nuestros Sagrados Corazones Unidos son la realización de la profecía de la predicación de los Dos Testigos al final de los tiempos.
Nuevamente, hijito mío, les digo: los Dos Testigos somos mi Hijo y Yo, Testigos de Dios Padre y de su amor misericordioso para con los hombres. Y la predicación de los Dos Testigos son estos Llamados de Amor y de Conversión. Por eso son los Últimos Llamados de Jesús y de María a los hombres. Escuchen a nuestros Dos Corazones. Escuchen la prédica de los Dos Testigos.
Y, para esta misión hemos escogido al más pobre, al más necesitado y al alma más pequeña, para que transmita los excesos de amor de la Santísima Trinidad y de mi Corazón Maternal a la humanidad. Porque es en esa pequeñez, en esa pobreza y en esa humildad que la Obra llega pura a los corazones de los hombres y, de los hombres, nuevamente a Dios Padre Tierno y Misericordioso.
Como la Mujer Vestida del Sol y con mi Doloroso e Inmaculado Corazón, uno de los Dos Testigos del final de los tiempos los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.