Queridos hijos, apóstoles de los Últimos Tiempos.
Mi querido hijo, hoy te llamo a mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Llénate de la fuerza invencible de la Llama de mi Amor. Que tu alma no se resista a mi Voz.
A través de los apóstoles de los Últimos Tiempos quiero expandir el don de Fátima. En Fátima inicia la Era de María. Para que mis pedidos sean cumplidos es necesaria la unidad, unidad que debe formarse desde el corazón. Cuando un corazón conozca la fuerza de mis palabras, conozca la urgencia de mis mensajes, reconocerá también la urgencia de la unidad.
Oren, oren, oren el Santo Rosario, mis queridos apóstoles. Yo, su Madre les animo a la conversión y al amor.
Mis queridos hijos, Yo siempre estoy con ustedes y en los tiempos difíciles no los dejaré solos.
Ora, mi pequeño, Nicaragua que seguirá sufriendo, mucha dureza de corazón como vuestras pasadas generaciones. Oren, oren, oren hasta tener fe.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.