Mi hijo especial de Fátima.
Querido hijo, habla tu Santísima Madre a tu corazón, consumiendo tu pequeño corazón con mi Llama de Amor de mi Inmaculado y Doloroso Corazón.
Querido hijo, las Palabras que en el silencio de tu corazón te transmito son los Últimos Llamados de Amor y Conversión para toda la humanidad. Por eso, este mensaje ha de ser llevado en el corazón y en el silencio de las almas santas, víctimas, reparadoras. Seguro adelante de nuestra Obra.
Querido hijo, has sido una bandera discutida, una pared atacada con dardos incendiarios de calumnias, un buen defensor de mi Gloria. Siempre has salido en mi defensa y honra y Yo, vuestra Santísima Madre, te he guardado en lo más profundo de mi Vientre Inmaculado. Cuando Yo, desde mi Doloroso e Inmaculado Corazón, triunfaré sobre la Iglesia de mi Hijo, por lo tanto la humanidad debe prepararse porque el tiempo es muy corto.
Tú, pequeño brote de mi Alma, sufres porque muchos hacen caso omiso a mis Palabras. Muchos se vuelven sordos a la Voz de mi Hijo Jesucristo. Pero deseo consolarte, hijo mío, porque te he escogido como mi hijo especial de Fátima. Fátima queda en tu alma. El mensaje de Fátima se guarda en mi Corazón. El don de Fátima ha quedado sellado, impreso, fundido total y plenamente en ti.
Querido hijo, gracias por aceptar mi Llamado. Gracias por tu docilidad que Yo, tu Amada Madre, te haya escogido desde siempre, como el hijo especial de Fátima. Fátima se guarda en tu corazón. Lucía, Francisco y Jacinta están intercediendo por ti.
Busca siempre el honor y la gloria de tu amadísima Madre.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.