Mi pequeño Jesús-María:
Así te llamo por el Don de la Encarnación Mística de Nuestros Dos Corazones Santísimos en tu pobre corazón. Esta Encarnación Mística te hace morir al hombre viejo y vivir la vida nueva escondida en mi Corazón. Y, con el Don de la Encarnación Mística te unes, entregando voluntariamente tu Fiat, para que nuestros Dos Sagrados Corazones vivan en ti.
Y esta Encarnación Mística es un acto reparador, porque repara las consecuencias del pecado original. Los primeros padres estaban revestidos de la vida divina y el pecado les arrebató esta gracia.
Por eso, la Encarnación Mística es la Trinidad con el alma, y reviste al alma de gracias.
Por eso, en la Encarnación Mística de nuestros Dos Sagrados Corazones en el tuyo repara por cuantas veces los hombres destierran de sus vidas la gracia, al decidirse por el pecado.
El Apostolado, mi pequeño, es revestirse de nuestros Sagrados Corazones y reparar los pecados del mundo con el Amor Divino.
El Apostolado, es la gran Obra de la Mujer y del Hijo de la Mujer que destruirán los planes de la serpiente.
Con mi Sagrado Corazón Eucarístico te bendigo y bendigo a todos los que respondan a mi Llamado.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima sin pecado original concebida.