Apóstoles de mi Sagrado Corazón Eucarístico:
Continuamente toco a la puerta del corazón con mis Llamados de Amor y de Conversión. Deseo guiarlos a un encuentro real y esponsal con mi Corazón Misericordioso.
Hijos, escúchenme, la obra de mi Divina Misericordia es el camino que ha conducido a las almas a la Obra de mi Corazón Eucarístico, porque mi Sagrado Corazón Eucarístico es la Divina Misericordia viviente.
Por eso, mi Divino querer, manifestado en la Obra de mi Divina Misericordia, se realizará plenamente con mi Sagrado Corazón Eucarístico con mis Llamados de Amor y Conversión.
La Divina Misericordia que es mi propio Corazón, REINARÁ.
Con mi Sagrado Corazón Eucarístico, el Cordero Divino del Apocalipsis y la última tabla de salvación, los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.