Manuel, confidente de mi Sagrado Corazón Eucarístico, todos los secretos de mi Corazón Redentor los estoy compartiendo contigo, y, a la vez guiándote para que los hagas saber a mi pueblo.
Mi profeta, el más pequeño de todos, tú y el Apostolado, como Obra de Reparación, tienen también la misión de UNIR para reparar las heridas que la división a causado en mi Iglesia y en el Ejército Mariano de los Apóstoles de los Últimos Tiempos.
Por eso, hijito mío:
El Apostolado viene a reunir a todas las naciones y las Devociones del Final de los Tiempos les han sido dadas en el Apostolado, dictándoselas a mi pequeño profeta. Por ello, pongan atención a estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión.
Querido esposo de mi Cruz, Manuel de mi Sagrado Corazón:
Las exudaciones de nuestras Lagrimas y Escarchas en tus manos son las señales que acompañan tu misión. Estas exudaciones de tus manos también concederán gracias de sanaciones del cuerpo y del alma a mis hijos y por medio de pañitos o algodones, a todos mis hijos, envía esta gracia.
Nuestros Sagrados Corazones Unidos encarnados en tu corazón te bendicen y bendicen a todos los apóstoles de los Últimos Tiempos.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.