Pequeña nada de mi Sagrado Corazón Eucarístico:
Para este tiempo estaba reservado un mar infinito de gracias y misericordias.
Todo mi mensaje en el Evangelio es eucarístico. Todas las manifestaciones de mi Santa Mamá, y sus apelos maternales, han sido para que el hombre viva en gracia unido a la Eucaristía.
El Apostolado de nuestros Sagrados Corazones y nuestros Llamados de Amor y de Conversión, también, son un llamado a la humanidad para que viva de Eucaristía.
Esta Obra Magna de mi Sagrado Corazón Eucarístico es una obra eucarística.
Y así como tú me ves, mi pequeño hijo, crucificado con mi Sagrado Corazón que es la Eucaristía, traspasado, derramando gracia y misericordia, agua y sangre, es la gran devoción de este fin de los tiempos.
Al meditar bien este gran título y esta mi gran manifestación como el Sagrado Corazón Eucarístico podrán contemplar en Mí al Cordero de Dios que en Apocalipsis se manifiesta.
Esta es la gran tabla de salvación en este fin de los tiempos: mi Sagrado Corazón Eucarístico.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.