De mi vida:
Se abre un lirio
Mi madre terrenal me ha contado esta experiencia. Mientras mi madre, ya embarazada de mí, asistía a la Santa Misa de Domingo en la Iglesia Catedral de Matagalpa, al momento de la elevación de la Santa Hostia, mi Madre vio como una pequeña partícula se había partido de la santa Hostia, se acercaba a ella, y cada vez más cerca, más brillaba como un pequeño sol, que entró en su boca, se deslizó por su garganta. Mi madre todo esto lo vivió y experimentó físicamente. Al sentir que aquella partícula ya había caído en su vientre, sintió como que, si yo me moviera, y comparó ese movimiento como el que hace una flor al salir el sol.
El Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús:
Mi pequeño lirio, vive en Mí, vive en mi amor, muere, marchítate cada día, para que más semillas de amor se vean esparcidas por toda la tierra. Ofrécete, mi pequeño lirio como ofrenda ante mi Altar, para que el mundo y la Iglesia Universal sean consagradas al Espíritu Santo y a Nuestros Corazones Unidos. Hijito, ofrécete, para que esto suceda, ofrécete como un lirio al pie de mi Cruz de Amor.
Mi Madre y Yo te amamos.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María purísima sin pecado original concebida.