Adorado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de mi amadísimo Hijo Jesucristo.
Amados hijos, mi Corazón Doloroso e Inmaculado es el recipiente que contiene el océano infinito de la Misericordia Divina de mi Hijo Jesús.
Y al ser mi Corazón ese cauce, la Divina Providencia me ha enviado al mundo para que la profecía de Apocalipsis 12 se cumpliera.
Mis amados hijos, la aparición de la Gran Señal de la Mujer Vestida del Sol ya se cumplió, con la revelación de mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
Deben ser conscientes de esta Gracia.
Ahora, la Mujer Vestida del Sol, el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, su Madre, está reuniendo a todos sus hijos, sus apóstoles, su Ejército Eucarístico y Mariano.
Y el Apostolado de nuestros Sagrados Corazones Unidos es el instrumento con el cual estoy reuniendo a todos los apóstoles de los Últimos Tiempos.
La Mujer de Apocalipsis 12, Vestida de Sol, los bendice con su Doloroso e Inmaculado Corazón.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Terminamos nuestra jornada con una oración, una oración antigua en Nicaragua que proclama y excelsa la Concepción Inmaculada.
Los invito a repetirla y a grabarla en sus corazones.
Bendita y alabada sea la sacrosanta e individua Trinidad de nuestro Gran Dios y Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creemos, a quien amamos, de quien esperamos el perdón de nuestros pecados y la vida eterna, por su infinita misericordia.
Bendita sea porque creó a nuestra Señora, la siempre Virgen María, exenta, pura y limpia desde el primer instante de su ser natural.
Amén. Jesús, María y José, para dar luz inmortal.
Siendo vos alba del día, sois concebida, María, sin pecado original.
Ave María purísima, sin pecado original concebida.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en ti.
Desde este cuarto de las apariciones y después de haber recibido en breves minutos a la persona de nuestra Señora para darnos tan hermoso Llamado, terminamos nuestra Jornada en esta Hora de la Gracia y terminamos nuestra Cruzada en honor a la Inmaculada Concepción.
Amados hermanos, doy una última exhortación. No podemos terminar nuestra jornada siendo igual. No podemos terminar nuestra Cruzada a la Inmaculada Concepción siendo igual. No podemos salir de este cuarto siendo igual. No puede el Apostolado seguir igual.
Trabajemos por la unidad. Trabajemos en unidad. Seamos testigos entre nosotros mismos del amor de Jesús. No terminemos igual. No nos demos el lujo de terminar igual, porque la Iglesia, porque el mundo, y sobre todo porque Jesús y María nos necesitan.
No cerremos esta transmisión sin salir mejor para la Gloria de Dios y la salvación de muchas almas. Así sea.
¿Quién es la causa de nuestra alegría?
––La concepción de María.
––María del Apostolado.
––El apostolado de la Virgen María.
––¡Viva la Virgen!
––¡Que viva!
––¡Que viva!
––¡Que viva!
––¡Que viva!
––¡Que viva, María de Nicaragua!
––¡Y Nicaragua de María y María del Apostolado!
––¡Que viva María!
––¡Que viva!
––¡Viva María!
––¡Que vivan los Sagrados Corazones!
––¡Que vivan!
––Vivan en nuestros corazones.
––Amén.
––Que así sea.
––Que viva María.
––Que viva Mamita María
––Y que triunfe en los Sagrados Corazones.
––Que así sea hermanita.
––Que Dios la bendiga.
––Amen, hermanita.
––Bendiciones para todos.
––Igualmente.
––En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
––Ave María Purísima, sin pecado original concebida.