Nuestra Señora apareció acompañada del padre Bernardo de Cuapa, que estaba al lado izquierdo de Nuestra Señora, un poco hacia atrás de Ella.
Querido hijo, pequeño oblato de nuestros Dos Corazones:
Esta tierra ha sido consagrada a Mí, por el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, para que la Luz Dorada de mi Corazón se alce como un faro de luz y de amor extendiéndose por todo el mundo.
Hijito, mi Hijo Jesús ha escogido Nicaragua para que la Mujer Vestida del Sol se manifieste. Mi Doloroso e Inmaculado Corazón es esta gran señal.
En Cuapa comencé un plan de amor, un plan para el triunfo de mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Aquí, en el Jardín de Nuestros Sagrados Corazones daré pleno cumplimiento a mis intenciones maternales.
Mi hijo, el padre Bernardo intercede por ti y también ora para que mis hijos puedan comprender la importancia de escuchar estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón, Refugio Materno de los pecadores, doy mi Bendición Maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La luz dorada de mi corazón
Del norte viene dorado esplendor: majestad impresionante alrededor de Dios. (Job 37, 22)