Estén en vela.
Hermano, soy Miguel, tu Ángel Guardián, el custodio de tu alma[1].
Yo vengo a anunciarte los designios de misericordia que tiene el Padre Eterno sobre ti. Que los Corazones Unidos de Jesús, José y María te brindarán gracias del Amor Santo para ti, para tus hermanos. No temas recibir estas gracias ya que tus hermanos deben gozar de las gracias que recibes. Las manifestaciones, y tu vida mística, no son sólo para ti, sino que es un llamado al corazón de los hombres; para su conversión.
Ve, y diles a tus hermanos el siguiente Llamado del Señor:
“Estad en vela, así como el centinela[2] espera la aurora.
Estad en vela para que estéis preparados para el Gran Aviso,[3] que será la iluminación de cada conciencia.
Estad en vela para que seáis partícipes del retorno del Hijo del hombre en Gloria y Majestad[4]”.
Velad hermano, velad y orad[5], Cristo vendrá y el Triunfo del Inmaculado Corazón de María está muy próximo.
Penitencia, penitencia, penitencia es mi lema y mi estandarte.
[1] no se está refiriendo al Arcángel San Miguel, es otro…
[2] Salmo 129, 6
[3] El Gran Aviso donde veremos nuestros pecados.
[4] Mt 24, 37-44
[5] Mt 26, 41. Oremos y junto a la oración, sacrificio y penitencia nos prepararemos para la venida de nuestro
Señor Jesucristo.