Todo es Misericordia y Gracia.
Me encontraba en la santa Misa, después de la lectura del Santo Evangelio, el sacerdote celebrante dijo: ‘por las Palabras de este Santo Evangelio serán borrados nuestros pecados’.
Entonces escuché a Jesús que me dijo:
Querido hijo, todo es misericordia, toda palabra y gesto en el Sagrado Sacrificio de la Misa es misericordia para ti y para el mundo entero, aprovechen bien las gracias que les sean dadas.
Más tarde, mientras oraba, Jesús volvió hablar y dijo:
‘Mi más grande anhelo’
Mi querido hijo, una de mis más grandes súplicas al Padre, antes de mi Pasión Redentora, fue clamar por la unidad, unidad que en este tiempo urge para el Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, mi amada Madre.
Yo, como el Pastor que une a su rebaño, antes de llevárselo a verdes prados, les digo:
Sean uno, la Iglesia debe ser una, los profetas, mis sacerdotes y todo el pueblo debe ser un solo corazón. Clama por esa unidad, clama por la llegada del Espíritu Santo que unirá a todas las almas en Nuestros Sagrados Corazones Unidos, como estábamos unidos en la casa bendita de Nazaret y en el Reino de Dios se manifiesta en esa unidad, en el amor.
Se siempre uno, mi siervo.
Te amo y te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.