Pequeña nada crucificada con el Verbo:
El Verbo Divino te une a su Cruz, compartiendo misteriosamente sus dolores contigo como víctima de amor, por la venida del Reinado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, la santificación de todos los sacerdotes y de la Iglesia, y para que todos los corazones conozcan mi amor misericordioso.
Para comprender, hijo mío, este gran Apostolado de los Últimos tiempos, es necesario contemplar mi anuncio profético de la Mujer y del Hijo de la Mujer que pisarían el reino de satanás, la cabeza de la serpiente.
Desde este misterio se anuncia la gran unión de los Dos Corazones, y el Apostolado es esta unión entregada a las almas, para que con Jesús y con María, siguiendo el ejemplo de san José, mis criaturas se santifiquen. Contemplen en el Apostolado esta profecía: la Madre y el Hijo que aplastan la cabeza del maligno.
Les exhorto a que mediten el Capitulo 1 del Libro del Éxodo.
Su Padre Tierno y Misericordioso los bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.