Pueblo de María.
Vuestra dulce Madre y Corredentora de las almas rescatadas por mi Hijo
Jesucristo. Desde la Cruz les entregó todo su amor y mi amor materno. Mi Corazón Doloroso e Inmaculado está irradiando sobre el mundo, pero sólo perciben esta Luz de Amor las almas que respondan con el “hágase en mi según tu Palabra”.
Hijito, Yo, como Madre y Señora de todos los pueblos, estoy reuniendo a mi pueblo. Mi pueblo son todas las almas que se han consagrado a mi Inmaculado Corazón.
Hijito, cuando mi Hijo, en la Cruz, me dijo: “Mujer, he ahí a tu Hijo”, que era Juan y en Juan todos los creyentes, mi Hijo Jesús les invitó a ustedes a consagrarse a mi Inmaculado Corazón de Madre, y, a Mí, me dio la misión de acogerlos como hijos. Con mi llamado materno, entonces, les exhorto a que sean mi pueblo consagrado a mi Inmaculado Corazón.
Si responden con fe, serán mis hijos. Yo soy vuestra Madre, pero aún, ustedes deben aceptarme como vuestra Madre para que sean mis verdaderos hijos, el Pueblo de María, hijos de María.
Te amo y te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.