11 octubre 2021 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE DIOS ESPÍRITU SANTO

11 octubre 2021 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE DIOS ESPÍRITU SANTO

Pequeña nada:

En el amor del Corazón de la Inmaculada, que es el Fuego del Divino Amor, te entrego al Hijo y con el Hijo al Padre, como una oblación y como alma victima.

Es a través de Mí, Dios Espíritu Santo, que Jesucristo ha impreso en ti, sus divinas heridas en la Cruz, atravesando con el amor: tus manos, tus pies, tu costado, tu espalda, tu hombro, tres espinas, rodeadas del Amor Divino, en tu cabeza; que reparan por el continuo olvido de la humanidad de la presencia de Dios.

Es a través de Mi, el Espíritu Santo, que se ha realizado el prodigio de la Encarnación mística del Corazón Divino del Hijo y del Corazón Doloroso e Inmaculado de la Madre, en tu pequeño corazón.

Y es un rayo del Fuego Divino el que te ha marcado con este anillo , invisible pero real, que representa tu Alianza con los Tres Corazones. Es un anillo dorado que representa la gloria y las tres perlas rojas o diamantes rojos que representan los Tres Corazones. A ti siempre se te ha dado la gracia de verlo, algunos otros hermanos lo verán como muestra de una manifestación de Dios para ellos.

Pero todas estas gracias que te han sido dadas vienen por Mí, el Espíritu Santo, y para que tú des testimonio de vivir en la Alianza de Amor en Jesús y María, y que toda la humanidad, a través de

estos Últimos Llamados y a través del Apostolado, pueda vivir la Divina Alianza.

Es en Jesús y María que la humanidad entera podrá reconocer el Amor del Padre.

Y desde este Refugio del Amor Divino de los Dos Corazones te bendigo y bendigo a todos los que acojan estos Últimos Llamados a la conversión.

Y junto a Nuestra Señora te presentamos al Padre como victima oblativa:

o Por la santidad de todos los ministros de Dios: el Santo Padre, obispos y sacerdotes.

o Para que el mundo reciba el amor del Corazón de Dios.

o Y, por la venida del Reino de los Sagrados Corazones.

Por estas tres intenciones especiales ofreces tu crucifixión espiritual con Jesús, en Jesús, para el Padre, y bien de toda la Iglesia y de tus hermanos.

Por eso, no solo con las palabras sino también con la vivencia transmites el Llamado de Amor, el último aviso a la conversión.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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