En mi Escuela de Amor.
Querido hijito, preparo tu alma, también a las almas que han sido escogidas por el Señor en mi Escuelita de Amor. En mi Escuela de Amor aprenderás el valor del silencio y el sufrimiento, el valor de la persecución, las gracias que trae toda pena sufrida en el Divino Querer, es decir, las gracias vividas, pero vividas a la manera de Jesús.
En mi Escuelita de Amor, Yo preparo a mis soldaditos del Triunfo y del Reinado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Ora, ora, ora. Aprendan orando en mi Escuelita de Amor. Escuchándome en la Escuelita de Amor. Que siempre mi voz resuene como en las Bodas de Caná: “Hagan lo que Él les diga”. En esta Escuelita de Amor lo único que les enseño, como lo hice con los apóstoles y todos los creyentes en el Cenáculo de Jerusalén: recordándoles, animándoles, instruyéndoles con la Palabra de Jesús.
Solamente un corazón lleno de fe, esperanza y de amor podrá ingresar a la Escuelita del Amor que es mi Corazón Doloroso e Inmaculado de Madre, en el cual, mi pequeño, aprenderás del silencio, de la contemplación, de la oración, de la donación, del amor que nace del Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. Se siempre soldadito del Amor, estudiante de la Palabra del Amor, en mi Escuelita del Amor.
Te amo y te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.