Queridos hijos, les invito a pensar más en la Pasión de Jesús.
Mediten en las Sagradas Escrituras todo lo que Jesús ha sufrido por amor y sigue sufriendo en sus corazones. En los corazones de los pobres pecadores, Jesús es condenado cada día. En los Sagrarios, solo y abandonado, Jesús está preso por amor.
Hijos míos, piensen más en los sufrimientos de Jesús, olvídense de los vuestros. Unan sus sufrimientos a los de Jesucristo y tendrán más méritos.
Hijos míos, mediten en la Pasión Dolorosa de Jesús. No se olviden de todo lo que mi Hijo ha sufrido por amor a ustedes.
Hijos míos, abran sus corazones a la Cruz, amen la Cruz. La Cruz es señal de victoria y de redención, pero hay que morir en ella para resucitar.
Hijos míos, les espero en mi Corazón Inmaculado. En mi Corazón Inmaculado les enseñaré a amar, adorar, reparar y consolar al Sagrado Corazón de mi Hijo, que sufre por amor.
Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.