Rebaño mío, regresa a mi Corazón.
Hijito, el tiempo en que mis niños viven son tiempos de confusión e ignorancia, de estas dos, la ignorancia es la principal causa de la confusión.
Hijito, veo el mundo guiando sus vidas hacia un camino sin retorno, donde cada hombre y mujer gobiernan sus vidas a su manera y no me permiten guiarles al amor pleno del hombre que posee el amor eterno y fecundo.
Hijitos, cada cual cumple con su voluntad humana, pero pocas son mis almas que se preocupan en conocer mi Voluntad. Mi Voluntad Divina es Amor. Mi Voluntad Divina es la realización desde el Amor. Por eso les he dado los Diez Mandamientos, para que los vivieran desde el amor. Pero ya has visto, pequeño hijo, que el hombre al no cumplir mi Ley acarrea dolor, tristeza, angustia. Un alma herida y cerrada a mi Amor muere por falta de caridad y abandono, más aún, ahora, cuán pocos son aquellos que se preocupan en vivir y enseñar la Ley del Amor a los niños, a los jóvenes, que ahora guiados por la modernidad se alejan de mi Corazón.
Padres de familia ¡despertad! y eduquen vuestros hijos, el tesoro y la herencia más grande que pueden darles, es que me amen con todo su corazón.
Hijos, vuelvan a Mí con oraciones, reparaciones ayuno y sacrificio. Conviértanse a Mí, sean niños, es decir déjenme guiarles, que vele por ustedes. Ahora oren, oren, oren porque mis niños, los jóvenes, incluso muchas almas más maduras en la vida corren el grave peligro de perderse eternamente.
Apóstoles quiero, apóstoles preparo, aquellos que resplandecen con amor a mi mensaje, y lo hagan siendo mis pequeños apóstoles.
Te amo y te bendigo. Hijito, quédate en mi paz.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.