El Espíritu Santo habla a través de mi Madre.
Querido hijo, estos tiempos son los días de la apostasía, muchos niegan su fe delante de los hombres, y así llegan a la deshonra de mi Cruz. He vuelto a quedar desolado, la desolación está entrando a mi Casa. Oren, reparen con las oraciones a mi Sagrado Corazón en el Santísimo Sacramento del altar.
Hijo, siempre creí, siempre he querido que el hombre me escuche y, aún más, me viva. Les he transmitido el Espíritu Santo que les enseña todo, pero incluso mi Espíritu ha sido rechazado, ignorado, es entonces donde muchos corazones –que han expulsado de las almas el aliento del Espíritu Santo– caminan sin luz, sin dirección, caminan hacia un abismo terrible de miseria y dolor.
Como ahora muy pocos creen en mi Palabra tal y como fue revelada, envío a mi Santa Madre, la llena del Espíritu Santo. Y, es el Espíritu Santo que habla en Ella, y por medio de su Corazón Inmaculado transmite mis deseos y comunica mis Palabras a las almas sencillas, a las almas que son niños de mi Padre.
Todo lo que mi amadísima Madre os ha anunciado ha sido recibido del Espíritu Santo, quien dirige la Iglesia. Pero, muchos hombres y mujeres consagrados y guías de mi Pueblo han caído en la apostasía, que día con día se hace más grande, aún dentro de las estructuras eclesiales. Ustedes, hijos y apóstoles de mi Sagrado Corazón, que por medio de mi Madre escuchan al Divino Espíritu, obedezcan con amor y sean custodios, pero también heraldos de la Palabra que la Santísima Trinidad transmite por medio del Corazón Inmaculado de mi Madre.
Te amo y te bendigo.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.