Con mi Luz guío a las almas.
Querido hijo, con la Luz del Padre deseo guiar a este Pueblo.
Muchos corazones de hoy, en este mundo, andan como ovejas sin pastor, como pueblo sin rumbo.
El Eterno Padre desea reavivar mi presencia derramando sobre el mundo mi Espíritu, para abrasar al mundo en la Llama de Amor así como abraso los Corazones de Jesús y de María. Así serán desveladas las sendas para que las almas emprendan el camino hacia el Corazón del Padre, para que sean sanadas sus heridas, perdonados de sus pecados, limpiados de sus manchas.
Yo, como Fuente de Luz inagotable, guiaré a las almas en estos Últimos Tiempos, pero es necesario que me invoqueis, así como siempre lo hacen:
“Ven mi Dios Espíritu Santo, a través de la poderosa intercesión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu amadísima Esposa”.
Abran sus pequeños corazones a mi presencia, permítanme llevarles de la oscuridad a la Luz de Cristo Resucitado, para que con mi auxilio puedan cambiar sus vidas, abandonar las obras del pecado y vivir en Dios.
Queridos hijos, mi presencia les permitirá llegar al conocimiento de la verdad.
Oren, oren, oren porque Yo entraré en sus vidas, les consagraré y les despertaré del letargo satánico que envuelve al mundo.
Oren, oren y vean la Luz con mi presencia. Yo, el Paráclito, os enseñaré la verdad. Invocad siempre mi presencia en la Luz de la Santísima Trinidad.
Se bendito mi pequeño siervo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.