Queridos hijos:
Al enviar a mis Dos Testigos a predicar los Últimos Llamados de Amor y de Conversión estoy realizando, por medio de los Dos Corazones, el cumplimiento de las profecías; sobre todo, la realización de los dos grandes prodigios: la aparición de la Mujer Vestida del Sol y la manifestación del Cordero con las señales de haber sido sacrificado, pero que impera desde mi Trono de gloria, de amor y de misericordia.
El Corazón Doloroso e Inmaculado de María y el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús son mis Dos Testigos. ¡Escúchenlos!
Los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.