Mi Madre y Yo les estamos preparando.
Querida alma, los corazones humanos no desean la verdad, se irritan cuando se les habla la verdad, porque el corazón que rechaza la verdad no es mío. Pero, mi pequeño, eso no impide que mi Obra se realice, esta Obra hermosa de salvación que he iniciado desde la Cruz y que no se apagará, sino que, se realizará plenamente cuando la última alma sobre la tierra se salve. Mi Madre y Yo estamos llevando a cabo una Obra especial del amor, pero sólo los sencillos, los puros, los humildes acogerán el Llamado y serán consagrados a Nuestros Dos Corazones.
Después de estas calamidades, sufrimientos, persecuciones que mi Madre les ha prevenido, vendrá un nuevo tiempo de paz. Pero ahora viven tiempo de decisiones, de discernimiento y de sacrificio. ¡Discierne, humanidad, mi Palabra! reconoce que estás en los Últimos Tiempos, tiempos de una lucha imperiosa. Pero, mi Madre y Yo estamos preparando pequeñas almas orantes, almas víctimas, almas que sean apóstoles de los Últimos Tiempos, quienes también estamos reuniendo en el Santísimo Vientre de mi Madre.
Ora para que nuestros planes se realicen. Ora por tus hermanos y hermanas de Venezuela quienes sufren y seguirán en su tribulación hasta que todos se consagren a Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Te amo y te bendigo.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.