Alabados sean los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que permanecen unidos por obra y gracia del Espíritu Santo.
Estos Dos Corazones Unidos han hecho un prodigio de amor y es abrir la unión de estos Dos Corazones a todo el mundo. De modo que toda la humanidad puede ser partícipe de la alianza de estos Dos Santos Corazones.
Y, esa, es la espiritualidad que la Divina Providencia deseó que yo predicara. Llegar al Corazón del Redentor a través del Corazón de la Corredentora.
Y esta es la alianza, es el pacto, el puente de salvación de todos los tiempos: Consagrarse al Corazón Doloroso e Inmaculado de la Madre de Dios para que, a través de este Corazón Maternal, el alma se una perfectamente con el Hijo Redentor.
La Alianza de los Dos Corazones viene a rescatar al mundo y elevarlo, a través de los Corazones de Jesús y de María a la santidad divina del Padre Tierno y Misericordioso.
Yo, san Luis de Montfort oro por todos ustedes y por el mundo entero.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.