“Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma, y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo verdaderamente presente en todos los Tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido; por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Doloroso e Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores, la paz del mundo, la santidad de la Iglesia, y el descanso de las benditas almas del purgatorio. Amén”.
Queridos apóstoles de mi Sagrado Corazón, Yo, vuestro Maestro de la Misericordia, deseo enseñar a mis pequeñas almas a vivir de la Misericordia Eterna.
Hijos, para vivir de mi Misericordia deben recibirla; recibir mi Misericordia y no rechazar el Amor y el Perdón de Dios.
Hijos, las almas al sentirse perdonadas y amadas por Mí, amarán en la Misericordia a los demás, sin distinción alguna, como Yo Amo.
Queridos hijos, Yo deseo que sean instrumentos de mi Divina Misericordia, lleven la Luz de mi Divina Misericordia al mundo entero, y sean canales de gracias de mi Sangre y Agua para la humanidad.
Queridos hijos, mi Divina Misericordia y la Corredención de mi Mamá del Cielo sostienen a la humanidad, y deseo que, ustedes, hijos míos, sean misioneros de mi Divina Misericordia practicando las obras de misericordia, espirituales y corporales, y sean corredentores con mi Madre Corredentora; ayuden a nuestra Mamá a salvar almas.
Les amo y les bendigo, no cesen de orar:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.