Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de mi Divino Hijo Jesús.
Amados hijos, la Alianza de Nuestros Dos Corazones es un sello de amor.
Es un nuevo sello que marca el inicio de la salvación de la humanidad.
Por eso mi Apostolado es la Obra Magna, porque es la Obra que confirma y profesa la salvación de las almas.
La Alianza que prodigió el Divino Espíritu –uniendo a mi Corazón de Madre el Corazón del Hijo– es ahora una acción concreta: esta horda, un ejército de almas en acción y reparación: el Apostolado.
Amados hijos, orar la Dulce Cadena del Amor Divino es orar con la Alianza de Nuestros Dos Corazones. Es una devoción sencilla pero poderosa.
Oren la Dulce Cadena del Amor Divino todos los días, ya sea en la mañana o en la noche; antes del santo Sacrificio de la Misa, o después; como acción de gracias con sus familias, con los enfermos; por sus necesidades e intenciones. Pero, sobre todo, por la paz del mundo.
Si el mundo desea la verdadera paz, que ore la Dulce Cadena del Amor Divino para que, primero, reine el Amor de Dios y como fruto del reinado del Amor podrá establecerse la paz.
Les doy mi Bendición Maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.